Cuando hablamos de Arcanos es evidente que
estamos señalando a algo muy lejano de un tiempo pasado, por eso estamos
evocando a los Arcanos más relevantes de nuestra memoria colectiva. Estas
poderosas fuerzas de la psique humana, que han llegado hasta nuestros días,
vestidos de muchas maneras, tantas como los humanos las hemos interpretado.
Actualmente están presentes como los Arcanos del Tarot y ha sido usada su
sabiduría desde centenares de prismas vibracionales, donde cada uno ha aportado
una característica a los elementos arquetípicos, construyéndolos y colocándolos
como herramientas con el poder de dar consciencia a las fases ocultas del alma.
Pero ¿quién es Fezahram…? Es complejo dar una definición a esta identidad, debido
a que no habita en nuestro plano de conciencia y es actualmente muy novedosa
con este nombre. Vamos a hacer un esfuerzo en explicar quién es Fezahram, pero lo más mágico es que sea
uno mismo quién se atreva a descubrir su Ser y su esencia. Si decimos que Fezahram es un maestro de las Escuelas
de la Vida, él nos responderá que no, que es un alumno más de entre todos los
presentes. Si aseguramos que Fezahram
es una sabiduría cocreadora conectada a la conciencia universal y dotada de las
cualidades de un arquitecto de luz, él nos contestará que no, que su capacidad
arquitectónica está todavía por descubrir y que únicamente actúa desde su
propia experiencia y su propia limitación, aún a sabiendas de que su Ser abarca
dimensiones todavía incognoscibles. Si decimos que Fezahram es un autor que tiene la capacidad de escribir una
realidad para que esta se torne tangible y pueda ser vivida por aquellas formas
de vida que así lo elijan, él nos respondería que no, que para ser autor, se
tiene que ser la obra y que la obra es para él inabarcable.
Estas serían unas breves y muy
cuestionables afirmaciones que nos podrían aproximar a Fezahram, como una entidad cuyas cualidades divinas no son
taxativamente amparadas por su propio Ser y cuyas cualidades humanas, lo
ejemplarizan como aquel referente que cualquiera de nosotros podríamos alcanzar
en nuestro camino evolutivo.
Si pudiéramos realizar una afirmación
simple sobre Fezahram, podríamos
decir que es quién vivió en el principio y vive en el final y que desde su
condición divina y espiritual, aprendió a encarnar su multidimensionalidad,
sabiéndose humano cuando pisa esta esfera universal y sabiéndose divino cuando
habita en el Cielo Estelar, pues cree no tener hogar, pues su hogar lo es todo,
no es un lugar.
A lo largo de la historia del hombre hemos
conocido los muchos nombres que se le han dado a esta entidad, para los
Atlantes y los Egipcios Fezahram fue Thot (Taut, Thaut…), para los griegos fue
Hermes, para los romanos Escolapio, pero también Mercurio, para los Sirios fue
Gigón, para los árabes fue Idris, para los hebreos fue Ukhnûkh, para los judíos
fue Enoch, para los persas fue Hûshang y para los Galos fue Gwyón.
En este probable recorrido en el tiempo del
alma de esta entidad a quién en la actualidad nos da el nombre de Fezahram,
vemos como se ha dado a conocer a un buen número de culturas y religiones, y
como cada una lo ha dotado de vida propia, según su interpretación, pero aún
así puede ser reconocida su alma entre todos sus nombres, pues es su cualidad
esencial tangible en la vida terrenal, como vemos.
Núria Gómez